21 de julio 2014, Manacor,
Rafa Nadal entrenando en pista dura. Día de nubes... y sol,
bochorno total. Hasta tres camisetas necesitó el muchacho. La primera, a rallas de un gris claro alternando con un suave color limón. Para el peloteo de fondo, ligero pantalón blanco con raya lateral gris hasta media rodilla. Al "traje" le salen mangas y se alarga el pantalón.
Entrena con un joven de 20 años de Badalona llamado Marcos, de la escuela de Palma. Se parece mucho a David Ferrer, en el juego y en el aspecto, más joven eso sí, pero tan luchador como Ferru. El entrenador de Marcos es argentino, estuvo en el equipo de Vilas y ha entrenado a Juan Martín Del Potro, entre otros.
La siguiente foto ilustra el primer cambio de camiseta.
A continuación, Rafa saca de la bolsa una camiseta blanca con un vivo rojo en el cuello. Estupenda. Destaca su piel, está "moreno como un tizón".
El juego de fondo se endurece, en intensidad y rapidez. Aparecen sus típicos golpes ganadores de derecha, invertida y cruzada.
Pero a Rafa no le salen las cosas como él quiere, se queja de sus fallos. Está algo serio y parece cansado, ¿la noche ibicenca tal vez? ;D. A mí me parece que va muy bien. Además Rafa no pierde detalle, comenta el juego, inteligentemente.
Toni Nadal, muy atento a completar el entrenamiento, mirando el reloj, propone una serie de golpes de revés cruzados y otra de reveses paralelos. Entran mejor los cruzados que los paralelos. Y llega un nuevo cambio de camiseta, ahora de color azul cielo.
Y al fin llega el turno de las voleas perfectas, todas dentro. Esta parte es menos cansada y Rafa recupera el aliento.
¡Y no saca, ay Dios!, ya me entró el miedo por su espalda. Proponen a Marcos que saque y así Rafa pueda restar. Ahora son todo restos.
El entrenamiento se hace muy largo y los descansos son prolongados. Tanto es así que hasta cerca de la una de la tarde Rafa no atiende al público. Hoy es un día tranquilo, no hay muchos niños.
Rafa finalmente concluye el entrenamiento y me lo encuentro sólo, de camino al coche. Se le vé relajado y contento. Le comento que vengo de Madrid, que le veo siempre en el
Masters y le digo cuánto me gusta y lo que disfruto viéndolo jugar. Él me escucha asintiendo, al tiempo que esboza una gran sonrisa.
Su respuesta es un regalo que quedará siempre en mi memoria.
Autor del artículo y de las fotografías: Anuska, fan de Rafa Nadal.

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